Borinkén

Puerto Rico, la isla del encanto, es un lugar lleno de magia, historia y belleza que despierta el amor más profundo en quienes lo llaman hogar. Es tierra de cálidos abrazos, donde el sol acaricia las costas y el mar susurra canciones al ritmo de las olas. Sus montañas verdes, cargadas de vida, se alzan como un refugio de paz, mientras el coquí canta su melodía única, recordándonos que aquí todo late con un corazón lleno de orgullo y pasión.

 

Cada rincón de esta isla cuenta una historia, desde las calles en adoquines del Viejo San Juan, con sus coloridas casas y la majestuosidad de El Morro, hasta los campos de caña, los cafetales en las montañas y las playas doradas que besan el Caribe. Puerto Rico no solo es su paisaje, sino su gente: valiente, resiliente y llena de alegría. Su calor humano transforma cualquier espacio en un hogar, con risas, música y el irresistible aroma del sofrito que une a las familias.

Puerto Rico es un abrazo constante, un recordatorio de que la belleza y la fortaleza pueden coexistir en perfecta armonía.

Amarla es inevitable, y llevarla en el corazón es un privilegio que llena el alma. ¡Qué orgullo es decir yo soy puertorriqueña, mi Borinquén querida!